Los dirigentes del PAN anunciaron el 18 de octubre acciones de “relanzamiento” del partido fundado por Manuel Gómez Morin, de diferente dimensión o alcance. Aceptar a todo ciudadano que quiera ser militante (puede ser bueno si no meten mano en la afiliación dirigentes y funcionarios, como acaban de hacer en la elección de consejeros estatales y nacionales; o el narco). No aceptar alianzas con otros partidos (hay dirigentes estatales que no están de acuerdo porque sin alianzas no ven posibilidad de ganar en elecciones próximas. En el 2030 una gran alianza puede ser indispensable). Hay otras superficiales, mercadotécnicas (como el cambio de logotipo). Y otras que asustan, como el nuevo lema, “Patria, familia y libertad”, asociable con la derecha extrema, con la que los fundadores nunca se quisieron confundir. En conjunto, son acciones insuficientes para recuperarle viabilidad o confianza con la ciudadanía y consigo mismo.
El partido ha pasado por varias crisis. Las recientes se remontan a dirigentes sin las prendas intelectuales y morales para conducirlo (Manuel Espino, César Nava, Marko Cortés, Jorge Romero y otros locales), mediocres y facciosos. Encubrieron sus limitaciones con grupos voraces -ondas gruperas, las llamó Ernesto Ruffo-, en redes de lealtades cómplices por el país. Desconocieron el primado de la ética sobre la acción política, agandallaron cargos partidistas y candidaturas; siguió disponer de las arcas públicas; comercian concesiones y permisos (hay excepciones, sí). Condujeron a la decepción ciudadana del partido y de la democracia misma. Acción Nacional está cerca de la quiebra moral y política, sin militancia suficiente, perdiendo elecciones, desnaturalizada su vocación de herramienta ciudadana. No es opción para jóvenes, solo para adultos mayores y ancianos prematuros.
La idea gomezmoriniana era hacer del PAN escuela de ciudadanía, formador de pueblo consciente de sus deberes cívicos y políticos, y libre; no masas o borregos. Y un instrumento para buscar y lograr bien común, desde barrio y municipio. Partía de una idea angular: la persona humana, con dignidad, libertad, derechos fundamentales y responsabilidades. Para un proyecto solidario y subsidiario, incluyente de todas y todos, sin discriminación alguna por motivos religiosos, raciales o sexuales. Con realismo crítico, sin dogmas, quienes acompañaron al exrector de la UNAM, elaboraron su doctrina política, rechazando ideologías de izquierda y derecha. Adolfo Christlieb o Efraín González Morfín explicaban con lucidez la diferencia entre lo prepolítico (persona, familia escuelas, empresas), lo político (partidos, gobierno) y lo metapolítico (religiones), e insistían en no mezclar política con religión. Denunciaron públicamente intentos, abiertos u ocultos, de la derecha extrema por apoderarse del partido. La mescolanza y la mediocridad han hecho al PAN rancio para nuevas generaciones.
En mi Guanajuato, el yunque apoyó a Fox y despojó a los panistas del partido. Hizo gobernadores a impresentables como Juan Manuel Oliva. Diego Sinhué Rodríguez vive en exilio dorado, sin rendir cuentas. Nos desgobiernan en municipios en medio de escándalos. La ética no es primado, criterio, norma de su acción. La militancia en fuga, o esperando alguna migaja. Quedan pocos emocionados.
Parafraseando a la Ley de Concursos Mercantiles, podemos decir que es de interés público contar con partidos políticos útiles. Y evitar incumplan su misión y sus deberes y, que pongan en riesgo al subsistema de partidos y a la democracia misma. Con el fin de garantizar una adecuada protección a la ciudadanía, ante la destrucción de la institucionalidad y la viabilidad democráticas. Sus dirigentes y militantes deben regir sus actuaciones bajo los principios de interés nacional, trascendencia, celeridad (2027 es fecha de caducidad), publicidad y buena fe. Como en el concurso mercantil, debe haber dos etapas: renacimiento (refundación, rehabilitación) o quiebra, en su caso. La primera consiste en lograr un gran acuerdo refundacional, entre sus militantes y con la ciudadanía. Si es que el partido se vuelve viable. Si no, sigue la quiebra por incapacidad irreparable para lograr su misión, aquí y ahora.

