López Obrador y Sheinbaum se han negado a reconocer que en México se cometen actos terroristas. Es su manía alterar el significado de las palabras para ocultar realidades que les incomodan.
Nuestro Código Penal Federal, en su Art. 139, define como conductas terroristas, entre otras, el utilizar armas de fuego y explosivos, o cualquier otro medio violento, contra bienes o servicios, públicos o privados, o contra la integridad física o emocional, o la vida de personas, que produzcan alarma, temor o terror, en la población, o un grupo o sector de esta, para presionar a la autoridad o a un particular.
Entre otras conductas tipificadas como terroristas.
Más temor tiene el gobierno de la 4t desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, porque de inmediato el maltratador aseguró declararía terroristas a los grupos de delincuencia organizada dedicados al narcotráfico de cualquier parte del mundo que a intereses norteamericanos impactara. Esto implica que irán por recursos procedentes de actividades ilícitas, dentro y fuera de los Estados Unidos. Y por los líderes criminales.
Al dictador de Venezuela le acaban de incautar en distintos puntos de la geografía continental activos por más de $700 millones de dólares, y ya subieron a $50 millones recompensa para localizarlo y llevarlo a tribunales norteamericanos. Mencionan que corrompió a autoridades hondureñas, guatemaltecas y mexicanas para el trasiego de drogas. La duda es cómo los extraditarán o llevarán. A cartel mexicano también les acaban de impactar en sus recursos ilícitos invertidos en Puerto Vallarta.
Hace un par de semanas, comenté en este espacio la publicación de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, del INEGI, al 2° semestre de este año, que expone: en Culiacán, Ecatepec, Uruapan, Tapachula, Cd. Obregón, Fresnillo o Irapuato (aparte Salamanca, Celaya o los Apaseos) más del 80% vive inseguro. Y que Causa en Común contabilizó, en el primer semestre del 2025, hubo 2,517 atrocidades o crímenes de extrema violencia, 704 asesinatos con tortura, y 256 asesinatos de mujeres con crueldad extrema.
Si las fiscalías de la república y las estatales avanzaran en carpetas de investigación de estas atrocidades concluirían que, en varias, usaron medios violentos, incluso drones con explosivos, contra la vida de personas o su integridad, que produjo alarma, temor o terror en parte de la población, y presionó a algún particular y a las autoridades mismas, para extorsión.
Descansen en paz la maestra jubilada-taxista en Veracruz y niños usados para extorsionar a sus familiares en Edomex. Son conductas que producen alarma, temor o terror: terroristas. Y deberían provocar indignación generalizada.
El Departamento de Estado del gobierno norteamericano difundió esta semana una actualización de su semáforo, de cuatro colores. respecto a riesgos o amenazas para que sus ciudadanos consideren al visitar estados de la república. En azul -verde-, solo Campeche y Yucatán (aquí hemos explicado por qué ambos son seguros). En rojo, para no viajar, y prohibido a empleados del gobierno norteamericano transcurrir en ellos, exhiben a Michoacán, Guerrero, Colima, Tamaulipas, Zacatecas, Sinaloa. En naranja ponderan a Jalisco, Chiapas, Baja California, Sonora, Chihuahua, Morelos y Guanajuato. Sugieren reconsiderar visitar a Guanajuato por la violencia de “grupos terroristas, cárteles, pandillas y organizaciones criminales”. (En fiestas patronales ha habido masacres). En amarillo al resto de estados, a los que piden ir con más cuidado. La mención de terroristas la harán más frecuente.
El secretario García Harfuch, y el Sistema Nacional de Seguridad Pública, afirmaron el 12 de agosto que los asesinatos han disminuido en Sinaloa y Guanajuato. “Ambos funcionarios realizaron comparaciones engañosas al comparar períodos que no son equivalentes. De acuerdo con sus propios datos, en los primeros siete meses del año, las víctimas de homicidio aumentaron 261% en Sinaloa, y 2% en Guanajuato, en comparación con el mismo período de 2014”. En Guanajuato, los asesinatos pasaron de 1,725 enero-julio de 2024, a 1,761 en 2025 (México Evalúa). Las autoridades no deben engañarnos. México merece vivir sin alarma, temor o terror.