La fascitis plantar, una dolencia común que afecta a miles de personas

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La fascitis plantar, una de las causas más frecuentes de dolor en el talón, afecta a personas de todas las edades, especialmente a deportistas, trabajadores que pasan mucho tiempo de pie y aquellos con sobrepeso. Esta condición, caracterizada por la inflamación de la fascia plantar —una banda gruesa de tejido que conecta el talón con los dedos del pie—, genera molestias que pueden limitar las actividades diarias.

Causas y síntomas

La fascitis plantar suele desarrollarse por el estrés repetitivo en la fascia, provocado por factores como el uso de calzado inadecuado, arcos plantares altos o bajos, o una mala pisada. Los síntomas más comunes incluyen un dolor agudo en el talón, especialmente al dar los primeros pasos por la mañana o tras largos períodos de descanso. Este dolor puede disminuir con el movimiento, pero reaparece tras estar mucho tiempo de pie o sentado.

Tratamientos avanzados para la fascitis plantar

Cuando los tratamientos conservadores para la fascitis plantar, como reposo, ejercicios de estiramiento, plantillas ortopédicas o fisioterapia, no logran aliviar el dolor, los especialistas pueden recomendar opciones avanzadas.

A continuación, se presentan algunas de las terapias más innovadoras:

  1. Terapia de ondas de choque extracorpóreas (ESWT)
    Esta técnica no invasiva utiliza ondas acústicas de alta energía para estimular la curación en la fascia plantar. Estudios recientes muestran que la ESWT puede reducir el dolor y mejorar la función en casos crónicos, con tasas de éxito de hasta el 70-80% en pacientes que no responden a tratamientos convencionales. Se realiza en sesiones ambulatorias, generalmente sin necesidad de anestesia.
  2. Inyecciones de plasma rico en plaquetas (PRP)
    El PRP consiste en inyectar plasma concentrado derivado de la propia sangre del paciente, rico en factores de crecimiento, para promover la regeneración del tejido dañado. Este tratamiento ha ganado popularidad por su capacidad para acelerar la recuperación en casos persistentes, aunque los resultados pueden variar según la gravedad de la lesión.
  3. Terapia con células madre
    Aunque aún en etapas experimentales para la fascitis plantar, la inyección de células madre mesenquimales se está investigando como una opción para regenerar tejidos y reducir la inflamación crónica. Los ensayos clínicos preliminares sugieren resultados prometedores, pero su disponibilidad sigue siendo limitada y costosa.
  4. Ablación por radiofrecuencia
    Este procedimiento mínimamente invasivo utiliza energía de radiofrecuencia para desactivar los nervios que transmiten el dolor en la fascia. Es una opción para casos severos que no responden a otros tratamientos, con estudios que reportan alivio significativo en el 80% de los pacientes tras el procedimiento.
  5. Cirugía endoscópica o liberación fascial
    En casos extremos, cuando otros tratamientos fallan, se puede realizar una cirugía para liberar parcialmente la fascia plantar. La técnica endoscópica, menos invasiva que la cirugía abierta, reduce el tiempo de recuperación y las complicaciones. Sin embargo, solo se recomienda cuando los síntomas persisten por más de 6-12 meses.

Estos tratamientos avanzados deben ser evaluados por un especialista, ya que su efectividad depende de factores como la duración de los síntomas, la salud general del paciente y la causa subyacente de la fascitis. Además, algunos, como el PRP o la terapia de células madre, pueden no estar cubiertos por seguros médicos debido a su naturaleza experimental o alto costo.

Si sufres de fascitis plantar crónica, consulta a un podólogo o traumatólogo especializado para discutir estas opciones. Combinar tratamientos avanzados con medidas preventivas, como calzado adecuado y ejercicios regulares, maximiza las probabilidades de una recuperación completa.

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