Reforma Electoral surge de acuerdos, no de disputa e imposición

Lorenzo Córdova ex presidente consejero del INE, participo en la Conferencia “Reforma Electoral: Construcción de una alternativa”, a la que asistieron los exconsejeros electorales José Woldenberg, Lorenzo Córdoba, Leonardo Valdés y María Marván.


En su intervención expuso como Primera premisa, lo siguiente “el sistema electoral que tenemos en México, a pesar de que es el resultado de una última modificación que ocurrió hace ya 11 años, es un sistema electoral que funciona bien, en su esencia; salvo las Elecciones Judiciales. Así que, en términos generales, primera premisa: el sistema electoral en México funciona bien, en esencia”.
¿Es mejorable? Sin lugar a dudas


También Lorenzo dijo: “la segunda premisa es: el sistema que tenemos es el resultado de una evolución gradual y paulatina, que a partir de varias reformas fueron consolidando y mejorando el sistema electoral.
En este sentido, son como especie de capa sedimentables, que han ido consolidando las bases sobre las que se ha venido construyendo el insuficiente, precario, deficitario, en muchos sentidos, pero al final del día, el edificio democrático que se edificó y que hoy está en riesgo de demolición”.


Y la tercera premisa añade Córdova; “es que las Reformas siempre serán pertinentes, siempre y cuando cumplan con las siguientes condiciones; primero -una verdad de Perogrullo- mejoren lo que se tiene, resuelvan problemas y no creen problemas innecesariamente.


Segunda condición: “resuelvan esos problemas que la dinámica vida política va presentando, la vertiginosidad de la vida política presenta problemas, genera lagunas legales; es decir, las Reformas Electorales tienen este propósito: ir mejorando, resolviendo desde la propia ley, este tipo de problemas”.


Tercera condición: “que se haga con información y diagnósticos adecuados, y no con filias y fobias o, peor aún, a partir de rencores o agravios, sean estos reales o inventados. Porque si una Reforma se hace, no con la cabeza, sino con el hígado, pues entonces tenemos un problema garantizado, en ese sentido”.

Y la cuarta condición, Lorenzo enfatiza: “que aquí ha sido objeto de reiterada mención en los textos de las intervenciones que hemos escuchado, y además en las discusiones que se han venido planteando en las últimas semanas, y que son el eje de esos dos documentos que se han hecho públicos, dos pronunciamientos: el del IETD y el de las y los ex funcionarios electorales, y que resultan de un amplio consenso. Cuando hablamos de las reglas del juego, no bastan las mayorías que la ley exige para ser aprobadas; por supuesto que se requieren condiciones numéricas que la propia Constitución establece para su Reforma”.

Córdova eleva la voz diciendo: “Si las reglas del juego surgen de la disputa, de la imposición de alguna fuerza política sobre las otras, estas reglas serán inevitablemente fuente, en el futuro, de problemas y de descalificaciones; y esto, además, ya lo sabemos, ya lo conocemos: la propia historia electoral nos lo enseña.
Una Reforma Electoral, en ese sentido, debe recoger las preocupaciones de las oposiciones, por supuesto, y no solo las de la fuerza política predominante, quien gobierna. Esto ayuda a matizar las propias posturas y a incorporar las preocupaciones de los otros”.

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