La línea directa entre Stalin y Sheinbaum

En Rusia, gobierno organiza elecciones.

Ricardo Pascoe Pierce

Ahora viene la reforma electoral. Según Sheinbaum, es para adecuar el “modelo electoral” a las circunstancias “actuales” de la democracia y al pueblo.

Para elaborar el “modelo electoral necesario” que propondrá su gobierno, Sheinbaum nombró como responsable a un viejo estalinista, creyente fiel y reproductor del “modelo electoral soviético”. ¿Qué podría salir mal?

Los barruntos y esbozos que hemos escuchado, por retazos, de lo que la Presidenta quiere o considera que debería ser un nuevo “modelo electoral” para México, representa algo muy parecido al México que visualiza y promueve la 4T. No habrá mayor sorpresa.

Primero, México requiere, según la 4T y la Presidenta, que Morena mantenga la mayoría calificada en ambas Cámaras del Congreso de la Unión. Solamente así, dicen, puede estar cabalmente representado “el pueblo”. Así, aseguran, estará la mayoría en control del rumbo del país y las minorías, por definición perversas y antinacionales, no podrán sino ejercer el derecho democrático al pataleo. Para asegurar esa mayoría calificada, la 4T necesita reducir el número de amenazas a la obtención de la cifra de curules añorada. Para ello se estudia la opción de eliminar totalmente las diputaciones plurinominales, o acotar su número para que sea, simplemente, la mosca en la sopa.

También es necesario reducir al INE en su funcionamiento interno y acotar sus atribuciones. Hay que despedir a los elementos antigubernamentales, transformándolo en un órgano semi profesional, eliminando el servicio civil de carrera del personal, y haciéndolo dependiente de la Secretaría de Gobernación. Se aplicará el criterio general de eliminar los órganos autónomos que actúan con criterio independiente y con presupuesto propio. Será un cambio de 180 grados en el carácter y papel del órgano electoral.

En tercer lugar se pretende empatar la llamada Revocación del Mandato con las elecciones intermedias. Constitucionalmente, la Revocación del Mandato es un ejercicio que se realiza un año después de la elección intermedia, para no mezclar la figura presidencial con la elección de diputados. Las elecciones excepcionales de Revocación del Mandato y la de Jueces, Magistrados y Ministros, todas inventos de la 4T, no han suscitado interés social relevante y carecen de legitimidad por su baja participación ciudadana. Hubo un 18% de participación en la Revocación del Mandato y un 13% en la elección del Poder Judicial.

La idea de empatar la Revocación del Mandato con la elección intermedia de diputados federales es para lograr dos objetivos. Por un lado, se quiere posibilitar más votos para Morena usando a la figura presidencial en la boleta. Por el otro lado, se busca evitar un desfiguro presidencial en 2028 con una bajísima votación, como le sucedió a AMLO en 2022, mermando la figura presidencial en vísperas de las elecciones presidenciales del 2030.

Estas son las tres ideas centrales de una reforma electoral que promueve Morena. Uno, reducir el número de diputados para asegurar más posibilidades de mantener la mayoría calificada. Dos, establecer el control férreo oficialista sobre el INE, como órgano electoral habilitado para contar los votos. Y, por último, adelantar la Revocación del Mandato para ayudar a Morena a obtener más votos y, al mismo tiempo, proteger la figura presidencial. Todo está diseñado para asegurar que el Estado mexicano pueda dirigir y orientar las elecciones, y definir, obviamente, los resultados a favor del partido oficial.

La Comisión Presidencial creada para elaborar una propuesta de reforma electoral ya sabe lo que tiene que hacer. Estas tres ideas son su columna vertebral. El responsable de hacer la propuesta simplemente tiene que desempolvar sus manuales soviéticos y poner manos a la obra. Parece que existe una línea de pensamiento continua directa entre Stalin y Sheinbaum.

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