El desafío

Oposición debe dar la mayor apertura, no tan solo para la ciudadanía, sino para su propia militancia, estará en una posición más factible de alcanzar preferencias electorales.
¿Quién habla de victoria? Perdurar, eso es todo
Rainer María Rilke
Estiraron la liga con omnipotencia y sin prevención; se les reventó. Me parece que esa es la mejor manera de describir lo que sucede con el gobierno de la 4T. Perdieron el control. Ineptitud, irresponsabilidad, corrupción, se desbordaron. La realidad es inocultable, ahora el desafío es cómo superar la crisis.
La presidente Claudia Sheinbaum solo aspira a conservar el poder y que continúe la impunidad para sus allegados, empezando por su antecesor. ¿Qué hacer desde la oposición?
El partido que logre la mayor apertura, no tan solo para la ciudadanía, sino para su propia militancia, estará en una posición más factible de alcanzar preferencias electorales. Dependerá de sus dirigencias entender que no son las mezquindades ni las “ondas gruperas” las que rescatarán a los partidos como las organizaciones más idóneas para organizar la participación social.
Como consecuencia de lo anterior, es necesario y urgente cuajar un discurso que tenga un mínimo de credibilidad, que “mueva las almas” en torno a principios y objetivos claros que propicien el consenso.
Hay que desplegar el mayor esfuerzo para evitar la reforma electoral. Su intención es clara: suprimir la posibilidad de acción de los grupos contrarios. No se conforman con el dominio que ya tienen sobre los órganos electorales, también es clara la maniobra para anular la deliberación del Poder Legislativo. El empeño sigue: concentrar el poder sin restricciones.
Habrá que hacer alianzas, hay asuntos prioritarios que las exigen. Sin embargo, primero hay que dialogar y observar. La realidad tiene velocidad de vértigo, por ello es preciso estar pendientes para tomar decisiones oportunas.
La elección de 2027 es de vida o muerte. Por ningún motivo, Morena y aliados deben obtener las mayorías que hoy ostentan. La elección de diputados federales y locales son los objetivos principales. Resulta de una obviedad grosera, pero el problema sigue siendo la vigilancia de la urna. Con las nuevas tecnologías y las aportaciones de expertos, es necesario extremar su cuidado.
Insisto, al segundo piso de la 4T le ha llegado el “momento de la fatalidad”. Sheinbaum únicamente pretende que la situación no empeore, que su autoridad no se degrade y cumplir su ignominioso papel de defensora de oficio.
Hay muchas propuestas más, pero las enunciadas son de primera necesidad. Tomar conciencia de la gravedad de nuestra circunstancia es suficientemente evidente. Ignorarla conlleva una altísima responsabilidad. Equivaldría a una deserción de nuestros más elementales deberes cívicos.