Sin mencionar un solo nombre de políticos, este mensaje es oportuno y necesario para los políticos de cualquier partido político, ya sea federal, estatal o municipal, me atrevo incluir a los representantes de los poderes legislativo y judicial. Párrafo incluido por el departamento de redacción de arjenoticias.com
Un samurái caminaba un día con su perro cuando, de pronto, éste, enseñando los colmillos, se puso a ladrar furiosamente en su dirección. Sorprendido e irritado, el samurái sacó su sable y le cortó de un tajo la cabeza al animal. Pero, en vez de caer al suelo, la cabeza salió volando hasta un árbol situado detrás del guerrero y apresó entre sus mandíbulas una serpiente que se disponía a morderle. Entonces comprendió que su perro estaba avisándole del peligro que le amenazaba.
El samurái lloró amargamente su equivocación al matar a su perro.
Este ancestral cuento japonés tiene varias aplicaciones; algunas veces castigamos a un amigo que nos avisó de cierto error, considerándolo traidor, ergo, nuestro enemigo.
También aplica a los temas políticos de actualidad, pues quien gobierna se duele de las acres burlas y críticas que aparecen en redes sociales, medios de comunicación, y en tribunas legislativas de las dos cámaras, considerando enemigos a los denunciantes.
Pero las críticas no son para la gobernante, sino para sus funcionarios con evidencias claras de corrupción en el súbito crecimiento de sus patrimonios y niveles de vida, cuajadas de lujos contrarios a la ‘honrosa medianía’ juarista y a las órdenes dictadas precisamente por quien gobierna.
Son personajes que de pronto se hicieron ricos dándose vidas de marajá hindú, que en el cuento de marras son representados por la serpiente, y están mermando el arma más poderosa de un gobernante: su autoridad moral.
Mientras quienes los critican o denuncian, que pueden ser periodistas, legisladores de oposición o simples ciudadanos son intimidados, perseguidos y hasta obligados a pedir perdón en público para demostrar quién gobierna, son considerados perros.