¿Qué político robó más a los mexicanos?

A estos casos de corrupción se suman los de Gobernadores, Dirigentes de Partido, alcaldes.

Tere Sepulveda editorialista invitada del Consejo de Plumas Azules

Tratando de responder esta pregunta les comparto algunos datos interesantes.

El primer presidente civil, Miguel Alemán Valdés (1946 a 1952), beneficiaba a sus allegados con contratos sin competencia justa, sentando las bases del “Estado corrupto”, a decir de algunos historiadores, tenía mansiones y tras su sexenio, se convirtió en un poderoso empresario. La revista Fortune lo etiquetó como uno de los hombres más ricos del mundo.

Luis Echeverría (1970-1976) tenía casas de lujo, entre ellas la” Quinta Echeverría” en San Jerónimo, CDMX.

José López Portillo (1976-1982) Construyó mansiones espectaculares y “Defendió al peso como un perro”, aunque después se lo gastó, y tanto que terminó por mal acostumbrarse al derroche y se quedó sin un peso, por lo que posteriormente fue salvado por el gobierno, que le otorgó una pensión.

Carlos Salinas (1988-1944) y sus hermanos acumularon una enorme fortuna. El mayor de ellos, Raúl, tenía ranchos y cuentas millonarias en varios países.

Enrique Peña Nieto (2012-2018) es recordado por la “Casa Blanca”, valuada en 7 millones de dólares, que presumió su entonces esposa, Angélica Rivera. Lujos y viajes al por mayor.

En el caso de Vicente Fox, los famosos corruptos fueron los hijos de Marta Sahagún, Manuel y Jorge Bribiesca. Un escándalo menor fue que se compraron toallas de 4 mil pesos y sábanas de 30 mil. Aunque pensándolo bien, también se favorecieron a las empresas de los amigos de la pareja presidencial.

En lo que respecta a Felipe Calderón, se denunciaron contratos irregulares, desvíos y favoritismos hacia empresas proveedoras. Oceanografía fue el caso más sonado.

“La estela de luz” monumento del bicentenario, originalmente iba a costar 394 millones de pesos, pero terminó en más de 1,300 millones (un sobrecosto de más del 300%).

A estos casos de corrupción se suman los de Gobernadores, Dirigentes de Partido, alcaldes.

Como ejemplo podemos hablar de Alejandro Moreno, ex gobernador de Campeche y actual dirigente nacional del PRI, que tiene una casa valuada en 130 millones de pesos, más otros 50 millones de la ostentosa decoración, y un Lamborghini, ¿De dónde salió el dinero? Otro corrupto ya le dio carpetazo.

Los gobernadores Duarte, uno de Veracruz y el otro de Chihuahua, fueron muestra inequívoca del saqueo a las finanzas públicas de sus Estados.

Otro caso relevante es “El Clan de los Yunes”, que incluye a Miguel Ángel Yunes Linares, quien fue Gobernador de 2016 a 2018, Miguel Ángel Yunes Márquez, exalcalde de Boca del Río, Fernando Yunes Márquez, Senador y ex alcalde de Veracruz, entre otros. Cuentan con casas, ranchos, empresas inmobiliarias, vehículos de lujo. Tan solo una de sus propiedades en Miami, se estima que tiene un valor de casi un millón de dólares. El Patriarca y el hijo actualmente Senadores, fueron priistas, luego panistas y hoy están en Morena.

El Senador de Morena, Ricardo Monreal y familia poseen 19 propiedades, fincas residenciales, 1400 hectáreas de tierra de labor, 4 ranchos agrícolas, plantas agroindustriales, gasolineras, etc.

La gran revelación es el joven gobernador de Nuevo León, del partido MC, Samuel García, quién pasó de clase mediero a multimillonario gracias a sus jugosos negocios, asociado con el despacho de su padre “Samuel Mascorro”. Ahora tiene lujosas casas, una propiedad de 17.6 hectáreas en la Meseta de la Corona, en el municipio de San Pedro; además de un rancho de 700 hectáreas en Burgos Tamaulipas, valuado en 800 millones, según revelaron investigaciones periodísticas.

Otro nuevo rico, es el Senador Noroña, con su propiedad de 12 millones que, para ser francos, no les llega a los talones, especialmente al Samuel, que logró amasar meteóricamente su fortuna.

Esta ha sido la historia de México, un país saqueado por sus gobernantes abusivos, ladrones, impíos, ¿Quién robó más? No lo sé, pero espero que un día podamos cambiar esta historia.

Compartir este artículo
Periodista, editorialista y catedrática. Licenciada en Comunicación, con Maestría en Procesos Electorales.