octubre 16, 2025

No es relanzar, menos refundar al PAN, es volver a ser

Salvador Reding

Algo lo sabemos todos, panistas y no panistas, simpatizantes y no simpatizantes, y es que Acción Nacional tiene un serio problema de imagen, y ante ello se habla desde relanzar hasta refundar al partido. Error, penoso error estratégico si lo que se hace es cambiar los símbolos, el lema del partido o su himno. Los símbolos distintivos identifican a una persona, a un movimiento social o político, a una organización de cualquier tipo.

Cambiarlos no aporta nada favorable, al contrario, da la idea de que estaba mal y ahora se desea que se vea mejor. Para una sociedad mercantil, para un producto puede ser símbolo de mejora, pero en general no para una organización, mucho menos política.

Hay una errónea confusión sobre la imagen de un partido, como el PAN, sobre lo que éste es. No es su logo, ni su lema ni ningún otro signo distintivo lo que realmente demuestra lo que es; lo es su “Realpolitik”. El problema de la imagen de Acción Nacional no es de símbolos, logos o algo semejante, lo es de acciones y omisiones.

Veamos otra experiencia política del país: el Partido Nacional Revolucionario, cambió su nombre (intentando cambiar su imagen y prestigio) a Partido de la Revolución Mexicana, para posteriormente llamarse Partido Revolucionario Institucional. ¿Cambió su imagen o prestigio ante la población? No, para nada, siguió siendo, como se dice vulgarmente, la misma gata pero revolcada.

El problema real de imagen del PAN es que ya no es lo que fue desde su fundación hasta decenios después, que empezó a fallar en su política interna y externa, en errores de gobierno, en malas candidaturas, en débil defensa de los derechos ciudadanos y en los grandes valores humanos, en convertir en mucho al partido en oficina de oportunidades de trabajar en gobiernos. En símbolo de estatus personal.

Pero para empezar, Acción Nacional no necesita “refundarse”, es una barbaridad pensar que está destruido, y no. No se trata en su acción, su débil posición pública de volver a iniciarla es exactamente al revés.

Tampoco es renovarse ni reinventarse, lo que el PAN necesita es volver a su origen, volver a practicar las virtudes que le fueron ganando simpatías convertidas en votos. Toda la buena política panista fue inventada y no necesita reinventarse, ni siquiera renovarse, ni “actualizarse”.

¿Relanzar Acción Nacional? Sólo puede ser una cosa, y es dejar de cometer los graves errores que varias dirigencias, nacionales y locales han ido acumulando, desde la grave falta de democracia interna, como de convertir a los comités en modus vivendi, para que grupos “de cuates” disfruten de los beneficios que los dineros del partido les otorgan. Los errores internos no solamente desalientan y alejan de la acción a los militantes, se ven desde afuera.

Relanzar a Acción Nacional es demostrar, no solo publicitar, que el partido volverá a ser lo que durante tantos años fue: defensa de la población ante el poder, lucha incesante por el bien común, protección de la vida, de la familia, del matrimonio, de la educación, de la salud, de la seguridad pública, y paladín de la democracia, interna y nacional.

Hay que pensar, repensar bien lo que se quiere cambiar como imagen de Acción Nacional, antes de hacer un gran esfuerzo y pasado poco tiempo ver que ante la población y la militancia en particular, nada cambió a favor del partido. Las buenas intenciones deben aprender de las buenas estrategias de mercadotecnia (llamémosla así) política. Nihil novum sub sole.Cambiar lo externo, la simbología y más, no aportará nada bueno al partido ante la población. Eso es algo ya visto, esta afirmación no es algo nuevo, ya hay experiencias que tomar en cuenta. Puede sembrar más dudas que vistos buenos entre la gente. Mejorar la imagen de Acción Nacional es demostrar con hechos que está empeñado en cumplir los propósitos y doctrina con los que se fundó y luchó tantos años. La renovada imagen que el PAN necesita se llama ¡prestigio!

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