A los ojos de muchos mexicanos este gobierno está en una encrucijada, pues quiere o
desea continuar con los caminos trazados y heredados por el sexenio anterior o bien
debe buscar otros caminos para enfrentar y solucionar los problemas del país, aún
cuando sean contrarios a los heredados y, para hacer más complicado el panorama,
está también la ruta diferente que tal vez deba tomar ante las exigencias y amenazas
del presidente Trump, que cada día “se mete” más en decisiones del gobierno
mexicano.
Lo curioso del caso es que si la presidente Sheinbaum actúa contra las herencias del
López Obrador, todo hace suponer que México mejoraría en cuanto a los problemas de
seguridad, de la economía, la educación, la salud y demás, con lo cual quitaría
argumentos y materia a sus adversarios; la oposición política, por su parte, está
desconcertada y sin buenos y reconocidos liderazgos y tampoco ha encontrado el
camino para convocar a la parte de la sociedad que no está de acuerdo con la
actuación del gobierno de Morena. Los partidos tradicionales sufren de desprestigio
social, lo que ha sido acrecentado por el régimen, pero lo más grave es que no han
encontrado la terapia necesaria para superar el “sometimiento” de la población en los
apoyos sociales en efectivo del gobierno.
La posibilidad de la creación de un nuevo o varios partidos, además de las dificultades
legales para ello, se encontraría también con muchos de los impedimentos de los
partidos tradicionales, excepto, tal vez lo del desprestigio, pero se tendrá que encontrar
una pléyade de nuevos líderes que se enfrenten con valentía, no sólo a un gobierno
autoritario, sino a la delincuencia organizada, dispuesta a corromper con la fuerza del
dinero y las amenazas.
Si el gobierno de la 4T continúa con sus políticas de dividir a la sociedad, de no
perseguir con eficacia a los delincuentes y de su retrógrado estatismo, obstruyendo la
inversión privada le estará dando argumentos a la oposición, que de seguro encontrará
la manera de organizarse y defenderse en el diario acontecer y en las futuras
elecciones.
La pregunta es, ¿cómo lograr que la oposición se una, se organice y encuentre los
líderes aceptables y valientes, dispuestos a “sacrificarse”, como lo hicieron en su
tiempo los líderes del PAN, cuando se enfrentaron a la “dictadura de partido” del PRI?
En aquel tiempo el PAN tenía una Declaración de Principios que le daban fundamento
y razón para trabajar, aun cuando todo parecía perdido o lejano; tenía además una
mínima organización y un convencimiento de que todo podría cambiar si se persistía
en el empeño.
Hoy, cualquier oposición política tendría que comenzar desde un planteamiento
teórico-práctico para convencer a los ciudadanos sobre algunos de los siguientes
planteamientos:
- Que los apoyos sociales se continuarán, cuando mucho, algunos se ordenarán para
evitar corrupción o duplicidades. - Se tendrían líderes locales y nacionales, que emerjan de las organizaciones
ciudadanas que han nacido como respuesta a los problemas que se están sufriendo o
bien de las áreas universitaria y empresarial, líderes sin “cola que les pisen”,
conscientes de los riesgos que se estarían corriendo. - Si se creara un nuevo partido político, lograr que el o los partidos actuales acepten
los nuevos liderazgos. - convencer a los electores y concientizarlos de los errores del actual régimen en
cuanto a las deficiencias en la educación de sus hijos por la falta de buenas escuelas,
buenos y suficientes maestros, la atroz eliminación de las escuelas de tiempo
completo y de la inseguridad por la violencia, para lo cual se tendría que utilizar todos
los medios de comunicación, nuevos y tradicionales. - Sensibilizar a los ciudadanos sobre las torpezas de este y del anterior régimen al
haber permitido el crecimiento de los carteles de la droga, su infiltración en el gobierno
y las atrocidades que cotidianamente se sufren, todo por la complacencia del
gobierno, que llegó al descaro de “visitar” a familia del principal capo del cartel de
Sinaloa. - Hacer ver que Estados Unidos ha tenido que amenazar al gobierno mexicano para
que actuaran contra la delincuencia organizada, que al declarar terroristas a los
cárteles de la droga, “como que se autoriza” a intervenir en países extranjeros por su
seguridad nacional.
En fin, hacer ver a los ciudadanos lo que se está perdiendo o de plano ya se perdió,
pero que es posible recuperar si existe un gobierno diferente que convoque a todos los
ciudadanos y sus organizaciones a trabajar por México