El mapa de rendiciones de cuentas y exigencias
Es momento de diseñar el mapa de las presiones, concesiones y exigencias posibles hasta el término de este gobierno
En este día de la Independencia nacional, y dado el contexto internacional, veamos porqué independencia y soberanía son conceptos relacionados, pero diferentes. Es común pensar que son lo mismo, pero no es así. La independencia es la condición de no estar subordinado a otra nación. Se puede decir que se es independiente o no se es independiente. No hay matices ni sutilezas. Es una relación con el exterior.
La soberanía es, en cambio, un tema de la condición interna de una nación. Tiene todo que ver con el poder, la toma de decisiones y la autoridad interna de la nación. ¿Quién o quiénes deciden el rumbo a seguir por un determinado periodo de tiempo?
Es también cierto que, para ser soberano y poder tomar decisiones con la potestad de un pueblo, primero el país tiene que ser independiente. Ser independiente responde a la pregunta ¿de quién no dependemos?, mientras ser soberano atiende la pregunta de ¿quién manda aquí?
Esta reflexión importa debido a la discusión, enrarecida y politizada, sobre el estado actual que guarda la relación de México con EU, y viceversa. En la compleja e inevitable interrelación entre dos naciones vecinas, como las nuestras, donde ninguno cuestiona la independencia del otro, sí existen criterios diferenciados sobre cómo administrar la soberanía de las decisiones. Y esos distintos criterios son fuente de conflictos diplomáticos y políticos continuados. El telón de fondo de la relación bilateral es la globalización como hecho, y la profunda integración económica más específicamente. La globalización hace que nuestras naciones hayan firmado convenios internacionales que nos comprometen a conducirnos de cierta manera, y con ciertas políticas, dentro y fuera de nuestras fronteras nacionales. En materias tan diversas como leyes marítimas, aguas, ganado, epidemias, medio ambiente, vías aéreas, pesca, políticas fiscales e impositivas, sistemas de correos, tipo de electricidad, tipos de gasolinas en uso, derechos humanos. La lista de los compromisos “soberanos” que ha aceptado México respetar en sus largos años de existencia es interminable
El T-MEC define la relación jurídica, económica, política y social de México con EU, por la integración económica y social tan profunda existente entre ambas naciones. Y esa integración implica, desde la óptica estadunidense, atender las preocupaciones sobre seguridad y migración, mientras que a México le preocupa el trato hacia nuestros conciudadanos que viven en aquel país y que suman más de 10 millones de personas, entre legales e indocumentados, además de los aranceles indebidos impuestos por Washington. México es un país independiente, pero está en la necesidad y obligación de cambiar, casi día con día, su definición de los límites de la “soberanía”, dada la relación fluctuante y cambiante entre los dos países. No hay subordinación, y ambas naciones presionan al otro con los instrumentos a su disposición.
Reconocer que EU posee un instrumental de presión más potente que el mexicano no implica un acto de subordinación, pero requiere una respuesta estratégica. Es necesario reconocer los límites de cada acción y las posibilidades de avance o retroceso de las iniciativas tomadas por el gobierno mexicano.
En materia de seguridad vienen presiones extraordinarias de EU y será inevitable ceder a algunas demandas estadunidenses. Igualmente sucederá en materia de las llamadas “barreras no-arancelarias” y la revisión del T-MEC. Ante ello, México deberá exigir un trato migratorio preferencial para nuestros conciudadanos, parecido a la política aplicada anteriormente a los cubanos llegados a EU y la estricta aplicación del T-MEC, sin aranceles que buscan intimidar.
¿A México qué le importa más: proteger a sus políticos convertidos en narcos o proteger a sus ciudadanos migrantes en EU? De la respuesta dependerá el éxito o fracaso en la defensa de las posturas mexicanas.
Así se encuentra el estado real de la soberanía mexicana en septiembre de 2025. Es momento de diseñar el mapa de las presiones, concesiones y exigencias posibles hasta el término de este gobierno. ¿Qué dar y qué exigir, hoy y hasta el 2030?