Nueva York, 29 de julio de 2025 – Shane Devon Tamura, de 27 años, fue identificado como el autor del tiroteo masivo perpetrado el lunes 28 de julio en un rascacielos de Midtown Manhattan, en el número 345 de Park Avenue, que dejó un saldo de cuatro víctimas fatales, incluido un policía, y al menos seis personas heridas.
Tamura, originario de Las Vegas, Nevada, se quitó la vida tras el ataque, dejando tras de sí una nota que arroja luz sobre sus motivaciones.
Un pasado como atleta y problemas de salud mental
Tamura nació en Las Vegas en enero de 1998 y creció en un entorno donde destacó como corredor de fútbol americano durante su etapa escolar. Jugó en la preparatoria Golden Valley en Santa Clarita, California, y más tarde en Granada Hills Charter High School, donde en la temporada de 2015 acumuló 616 yardas en 126 acarreos y anotó cinco touchdowns, según registros de MaxPreps.com.
A pesar de su talento, nunca llegó a jugar en la NFL ni en categorías universitarias, y su carrera futbolística terminó tras una lesión en la cabeza.
Excompañeros lo describieron como un joven tranquilo, divertido y enfocado, alguien en quien nadie habría sospechado un potencial violento. Sin embargo, Tamura tenía antecedentes documentados de problemas de salud mental, según la comisionada de policía de Nueva York, Jessica Tisch.
Trabajaba como guardia de seguridad en un casino de Las Vegas y poseía un permiso válido de porte de armas en Nevada.
El ataque y la motivación detrás del crimen
El lunes por la tarde, Tamura condujo más de 4,000 kilómetros desde Las Vegas hasta Nueva York en un BMW, pasando por estados como Colorado, Nebraska, Iowa y Nueva Jersey. Estacionó su vehículo en doble fila frente al edificio de 44 pisos que alberga las oficinas de la NFL, Blackstone, Bank of America y otras empresas. Armado con un rifle de asalto M4, irrumpió en el vestíbulo alrededor de las 18:30 horas y comenzó a disparar indiscriminadamente, matando a un policía fuera de servicio, Didarul Islam, un guardia de seguridad, una empleada de Blackstone y otra persona. Luego tomó un ascensor hasta el piso 33, donde se encontraba la oficina de Rudin Management, y disparó contra una mujer antes de suicidarse de un disparo en el pecho, aparentemente con la intención de preservar su cerebro para estudios médicos.
En una nota de tres páginas encontrada en su bolsillo, Tamura culpaba a la NFL de causarle encefalopatía traumática crónica (ETC), una enfermedad neurodegenerativa asociada a golpes repetitivos en la cabeza, común en deportes de contacto como el fútbol americano. En el escrito, mencionó a Terry Long, un exjugador de la NFL que se suicidó en 2005 tras padecer ETC, y expresó resentimiento hacia la liga, afirmando: “No puedes ir contra la NFL, te aplastarán” y “Estudia mi cerebro, por favor”. Tamura también señaló que sufría dolores de cabeza y olvidos, atribuyéndolos a su experiencia en el fútbol.
Un caso que reaviva el debate sobre la ETC y la violencia
El ataque de Tamura, que se encuentra entre los 254 tiroteos masivos registrados en Estados Unidos en 2025 según el Gun Violence Archive, ha reavivado las discusiones sobre los efectos a largo plazo de las lesiones cerebrales en deportes de contacto y la necesidad de abordar la salud mental.
Aunque las autoridades confirmaron que Tamura actuó solo, aún investigan los motivos exactos del ataque y posibles conexiones con las empresas del edificio. El alcalde de Nueva York, Eric Adams, señaló que Tamura parecía estar enfocado en la NFL, aunque se equivocó de ascensor, terminando en las oficinas de Rudin Management en lugar de las de la liga.
La tragedia ha dejado una marca en Nueva York, con el oficial Didarul Islam, un inmigrante de Bangladesh descrito como un “héroe” por las autoridades, entre las víctimas. La NFL ha cerrado temporalmente sus oficinas, mientras la policía continúa analizando los antecedentes y la huella digital de Tamura para esclarecer los detalles de este devastador evento.