octubre 15, 2025

Parálisis de agencias federales por desacuerdo en el Senado Estadounidense

Parálisis de agencias federales por desacuerdo en el Senado Estadounidense

Estados Unidos ha iniciado un cierre parcial del gobierno federal luego de que los republicanos, no lograran llegar a un acuerdo con los demócratas para aprobar un nuevo presupuesto.

Esto ha provocado la suspensión temporal de varias funciones gubernamentales, aunque no todas.

Los enfrentamientos presupuestarios no son inusuales en la política estadounidense, pero esta crisis tiene un trasfondo especialmente complejo, ya que Trump ha pasado meses recortando drásticamente el tamaño del gobierno federal. De hecho, ha sugerido que este cierre podría ser una oportunidad para avanzar aún más en esa dirección.

¿Por qué se ha cerrado el gobierno?

La razón principal es la falta de consenso entre demócratas y republicanos para aprobar una ley que financie al gobierno a partir de octubre.

Aunque los republicanos controlan ambas cámaras del Congreso, en el Senado no cuentan con los 60 votos necesarios para avanzar. Esto otorga a los demócratas un poder de negociación importante.

El punto central del desacuerdo es el gasto en salud. Los demócratas se niegan a apoyar una ley republicana que, según ellos, encarecería el acceso al sistema sanitario. Exigen mantener subsidios que ayudan a millones a pagar su seguro médico y revertir los recortes a Medicaid impulsados por Trump.

Aunque la Cámara de Representantes aprobó una propuesta provisional, el Senado no le dio luz verde, y el miércoles, comenzó oficialmente el cierre, el primero en casi siete años.

¿Cuánto durará?

Nadie lo sabe con certeza. El cierre más largo en la historia de EE.UU. duró 35 días en 2018. Salir de este tipo de crisis es mucho más complicado que entrar.

Todo depende de si alguno de los bandos cede. Podría terminar si los republicanos aceptan extender los subsidios de salud o si la presión social obliga a los demócratas a aprobar un presupuesto temporal.

Por ahora, el gobierno de Trump no ha mostrado intenciones de hacer concesiones, apostando a que los demócratas serán responsabilizados por el público. Sin embargo, muchos demócratas creen que su postura sobre la salud es popular y están dispuestos a resistir.

¿A quiénes afecta el cierre?

No todos los trabajadores del gobierno dejarán de laborar. Los considerados “esenciales” —como agentes de frontera, controladores aéreos, personal médico en hospitales y agentes de inmigración— seguirán trabajando, aunque sin recibir salario por ahora.

Los pagos de la Seguridad Social y Medicare seguirán, pero algunos servicios como la emisión de tarjetas y verificación de beneficios podrían suspenderse.

Los empleados no esenciales serán enviados a casa sin sueldo temporalmente, aunque históricamente han recibido su pago después.

Programas como asistencia alimentaria, educación preescolar financiada por el gobierno federal, y museos como el Smithsonian, podrían cerrar o reducir operaciones. Agencias como los CDC y los NIH probablemente suspendan investigaciones en curso por falta de personal.

Los parques nacionales podrían seguir abiertos, pero con menos vigilancia, lo que en el pasado ha causado vandalismo y daños.

Los viajes también podrían sufrir retrasos por la falta de personal en áreas clave. Las agencias de pasaportes han advertido sobre demoras.

Aunque el correo continuará funcionando, ya que el Servicio Postal no depende del Congreso, el financiamiento federal a becas estudiantiles podría paralizarse si el cierre se prolonga.

El impacto, al principio moderado, podría intensificarse con el paso de los días y afectar a toda la población, no solo a los trabajadores federales.

¿Qué tiene de distinto esta vez?

Lo que destaca en este cierre es la actitud del equipo de Trump. A diferencia de otras ocasiones, el gobierno parece estar cómodo con la idea de paralizar servicios por un tiempo prolongado.

Algunos funcionarios incluso han sugerido que aprovecharán el cierre para identificar y despedir a empleados “no esenciales” de forma definitiva. “Vamos a despedir a mucha gente”, dijo Trump recientemente.

En anteriores cierres, las operaciones gubernamentales se retomaban con normalidad tras la crisis. Pero esta vez, el gobierno ya venía recortando personal y presupuesto, lo que podría profundizarse.

Ambos partidos intentaron evitar el cierre con reuniones de último momento, pero no lograron acercar posturas. Tanto demócratas como republicanos siguen firmes en sus posiciones.

¿Cuándo fue el último cierre?

El cierre más reciente fue a finales de 2018 y duró 35 días, debido a disputas por el financiamiento del muro fronterizo con México. Terminó cuando los controladores aéreos, sin sueldo por más de un mes, comenzaron a ausentarse y se cancelaron vuelos.

El costo económico fue de unos 11.000 millones de dólares, según el Congreso, de los cuales 3.000 millones nunca se recuperaron.

Históricamente, ha habido múltiples cierres, incluso durante los gobiernos de Clinton, Obama y Reagan.

¿Cómo afecta esto a la economía?

Dependerá de la duración del cierre. Por cada semana que continúe, se estima que podría reducir entre 0,1% y 0,2% el crecimiento económico.

Aunque ese impacto podría recuperarse después, existen riesgos más duraderos si Trump cumple con su amenaza de despedir personal.

Además, este conflicto añade incertidumbre a una economía ya afectada por tensiones comerciales y nuevas tecnologías como la inteligencia artificial. La suspensión de informes clave, como los datos de empleo mensual, podría agravar la inestabilidad.

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