Gaza: escalada, muertes y desesperación sin tregua

© UNICEF/Mohammed Nateel

La guerra entre Israel y Hamas, que estalló el 7 de octubre de 2023, ha entrado en una de sus fases más devastadoras. A casi dos años de su inicio, los ataques continúan de forma sistemática en la Franja de Gaza, dejando una estela de muerte, desplazamiento y destrucción que no cesa.

Hasta finales de septiembre de 2025, el número de fallecidos palestinos supera ya los 60,000. Las cifras de heridos rondan los 115,000. Los hospitales en Gaza, muchos de ellos completamente colapsados o fuera de servicio, ya no pueden atender ni lo básico. En varias ciudades, la atención médica depende de voluntarios sin recursos, entre escombros, sin electricidad ni medicamentos.

El 25 de septiembre, fuerzas israelíes bombardearon al menos 170 objetivos en la ciudad de Gaza, una ofensiva terrestre y aérea que dejó 19 muertos en una sola jornada. Cuatro días antes, el 21 de septiembre, otro ataque aéreo provocó la muerte de 31 personas, entre ellas una mujer embarazada y dos menores de edad.

Uno de los episodios más graves ocurrió el 25 de agosto, cuando fue bombardeado el Hospital Nasser, en Khan Younis. Al menos 22 personas murieron, incluyendo periodistas, rescatistas y pacientes. El hospital había sido uno de los pocos centros de atención que todavía operaba parcialmente en el sur de Gaza.

Las ofensivas no se limitan al territorio de Gaza. Ese mismo 25 de septiembre, un dron lanzado desde Yemen por los rebeldes hutíes impactó en la ciudad de Eilat, en el sur de Israel, dejando 22 heridos. El conflicto, cada vez más regionalizado, mantiene en alerta a todos los países vecinos.

El 18 de marzo de este año, una ofensiva masiva israelí tras el colapso de un intento de tregua dejó al menos 413 muertos en un solo día. Las imágenes de cuerpos bajo los escombros y edificios pulverizados recorrieron el mundo. No fue un caso aislado: semanas antes, la cifra de muertos ya había superado los 50,000, y cada nuevo ataque solo profundiza la tragedia.

Aunque continúan las conversaciones diplomáticas para alcanzar una nueva tregua, el ambiente es hostil. Las condiciones impuestas por ambos bandos y la negativa de Israel a retirarse de zonas clave complican cualquier acuerdo. A la par, dentro de Gaza han comenzado a surgir protestas ciudadanas contra el dominio de Hamas, una señal del agotamiento social en medio del bloqueo, la guerra y el miedo.

Las infraestructuras básicas están colapsadas. El agua potable escasea, los alimentos no alcanzan, y millones de personas viven hacinadas en refugios improvisados. Más de la mitad de la población ha sido desplazada, y las posibilidades de retorno a sus hogares son casi nulas.

La situación humanitaria es crítica, y cada nuevo ataque profundiza el daño estructural, físico y psicológico de una población atrapada entre el fuego cruzado, sin escapatoria, y con pocas esperanzas de que el mundo escuche lo que desde hace meses ya es una catástrofe a gran escala.

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Internacionalista y politóloga.