Hace tiempo que no veíamos en nuestro país a un presidente de Francia. En su reciente visita dieron él y la presidenta de México una declaración conjunta a la prensa internacional. En el evento realizado en Palacio Nacional, el francés Emmanuel Macron y la mexicana Claudia Sheinbaun estuvieron de buen humor.
Ella declaró que entrambas naciones existe una amistad profunda, plasmada en convenios y colaboraciones conjuntas, que facilitarán la inminente renovación del Tratado Comercial de México con Europa.
Mencionó en tono dulce la voluntad bilateral de exhibir los códices históricos que tiene Francia y que forman parte de nuestro pasado.
Nada qué ver con el trato que se le da a España, nación a la que se le exige que se disculpe por los daños que hizo durante la conquista realizada hace 500 años.
Pero no debemos olvidar que de la primera intervención francesa a México han pasado solo 186 años de cuando se celebró la llamada Guerra de los Pasteles, y 158 de que nos invadieron para cobrar la deuda mexicana contraída para pagar los supuestos pasteles que se habían comido unos soldados mexicanos y para, de pasadita, imponer a Maximiliano de Habsburgo como monarca de México.
Tampoco debemos olvidar que en 1848 el vecino del norte nos invadió arteramente y se quedó con la mitad de nuestro territorio nacional.
Pero a norteamericanos y franceses nuestro gobierno los trata con cariño a pesar de que sus agresiones militares son mucho más recientes, es decir imposibles de olvidar si se recuerdan los agravios de hace cinco siglos, mientras a los españoles se les trata en forma grosera y contraria a lo acordado con la Madre Patria el siglo antepasado.
Recordemos que Los Reyes Católicos, financiaron a Colón para que viajara rumbo a las Indias y encontrara un itinerario nuevo, pues la ruta de la seda estaba secuestrada por el Imperio Otomano. Colón terminó descubriendo América, mientras Isabel de Castilla y Fernando de Aragón -los reyes católicos- después de caer Granada limpiaron la península ibérica de judíos y musulmanes expulsándolos.
El reino de Castilla, después España, se quedó solo con quienes profesaban su religión, guerreros, monjes fanáticos y mendigos católicos puros.
Todo iba más o menos bien, hasta que Napoleón secuestró a los monarcas españoles, propiciando que las colonias de América se independizaran, y luego Estados Unidos les hizo la guerra Hispano – Americana, quedándose con el resto de propiedades españolas en América.
Hoy día España es sólo una nación europea más, que a veces hasta debe ser subsidiada por la Unión Europea pues su balanza comercial es deficitaria y sus aportaciones al arte y a la ciencia son mínimas.
Tal vez esa sea la razón para darle un trato tan desigual que a las otras naciones que también abusaron del pueblo de México.
¿O se les exigirá también a Estados Unidos y Francia que nos pidan perdón?
About The Author
