José Alberto Rodríguez nos comparte la Canción editorial de la semana, destacando los lujos de algunos militantes de Morena.
La envidia nunca es buena,
mata el alma y la envenena.
No me envidies porque tenga sangre de español,
sea bonita y pueda vivir en el Madrid elegante,
tú no tienes la culpa de ser indio y feo al instante,
nomás aguántate el coraje y dale vuelta al farol.
La envidia nunca es buena,
mata el alma y la envenena.
No me envidies por viajar y descansar con Tokio,
en hotel de diez estrellas allá en Japón brillante,
tú no tienes la culpa de no cansarte tan constante,
como yo con mi extenuante jornada de trabajo estóico.
La envidia nunca es buena,
mata el alma y la envenena.
No me envidies por vacacionar en Cancún con lujo,
en villas con caviar, comida y vino en derroche,
tú no tienes la culpa de que tu papi no tenga coche,
ni compadres que lo inviten al gran festín de embrujo.
La envidia nunca es buena,
mata el alma y la envenena.
No me envidies por vapear y estudiar en extranjero,
con becas y con viajes de puro estilo europeo,
tú no tienes la culpa de estudiar con Marxi Arriaga sin deseo,
en la “Nueva Escuela Mexicana” de nacional austero.
La envidia nunca es buena,
mata el alma y la envenena.
