Los microrrelatos de Jaime Palacios en arjécultura
Bay, Beti
Su casa era un paréntesis para preservar la edad y el tiempo. O eso creíamos. La misma música, el mismo lugar, los mismos chistes y referencias a los conocidos en común permitieron que fuéramos agregando décadas, confiados en la elasticidad de ese paréntesis, hasta que, un día, alguien dio un paso en falso (atrás, adelante, arriba o abajo, aún no lo tenemos claro) y se salió del marco, de esa pecera de agua clara en la que, ahora lo sabemos, en cualquier momento puede llegar un gato pardo, meter su garra y llevarse al siguiente.