octubre 27, 2025
gastos


En nuestra sociedad solemos hablar de la salud como el bien más importante que poseemos. Decimos con frecuencia que sin salud no hay nada; sin embargo, pocas veces llevamos esa reflexión a la práctica.

Cuidamos la alimentación, hacemos ejercicio de vez en cuando, pero dejamos de lado un aspecto fundamental: contar con un seguro de gastos médicos mayores que nos respalde en los momentos más difíciles.

Lasenfermedades y los accidentes no avisan. Una caída, una cirugía de emergencia o un diagnóstico inesperado pueden cambiar la vida de una persona y de su familia en cuestión de horas. Lo que muchas veces no calculamos es el costo económico que esto implica.

En México, una hospitalización por apendicitis puede costar entre 60 mil y 120 mil pesos; un parto con complicaciones, hasta 200 mil pesos; y un tratamiento contra el cáncer puede superar fácilmente el millón de pesos.


Frente a estas cifras, surge la pregunta: ¿qué familia de clase media está preparada para cubrir esos montos sin descapitalizarse?

La realidad es que la mayoría no lo está. En la práctica, cuando no hay un seguro, se recurre a préstamos, a vender el auto o incluso la casa, o bien a pedir ayuda a familiares y amigos. Es decir, un problema de salud termina convirtiéndose también en un problema financiero.

Como sociólogo, observo que este tipo de situaciones no solo afectan el bolsillo individual, sino que repercuten en la dinámica social. Familias enteras sedesestabilizan, los proyectos de vida se frenan, los hijos ven interrumpida su educación, y se genera un círculo de vulnerabilidad que cuesta mucho romper.

Lo que debía ser un derecho básico ‒el acceso a la salud‒ se transforma en una preocupación constante que mina la tranquilidad y el futuro de las personas. Es aquí donde un seguro de
gastos médicos mayores cobra toda su relevancia. Más allá de ser un producto financiero, es una herramienta de protección social.

Nos da la certeza de que, en caso de necesitar atención hospitalaria, tendremos
acceso a médicos, hospitales y tratamientos de calidad sin que la economía familiar colapse. Es, en otras palabras, una inversión en tranquilidad y en futuro.

Algunas personas suelen pensar que este tipo de seguros son caros o que “no los van a necesitar”. Sin embargo, cuando se compara el costo de una póliza anual con el costo de una sola hospitalización, la diferencia es abismal. Lo que se paga de manera preventiva resulta mínimo frente a lo que se tendría que desembolsar en una emergencia. Además, existen planes flexibles que se ajustan a distintos presupuestos, lo que derriba el mito de que son inaccesibles.

Otro punto importante es que al contratar un seguro no solo se protege a la persona asegurada, sino también a su familia. Se protege el patrimonio construido con años de esfuerzo y se evita que una enfermedad interrumpa los sueños de largo plazo, como la educación de los hijos o la compra de una casa.

En una sociedad que busca avanzar hacia un mejor bienestar, contratar un seguro de gastos médicos debería verse no como un lujo, sino como una necesidad básica. Al final, hablamos de garantizar el derecho más elemental: vivir con dignidad y con la tranquilidad de que, pase lo que pase, tendremos el respaldo necesario.

La invitación es clara: reflexionemos hoy sobre el valor de nuestra salud y sobre el impacto que tendría en nuestra familia enfrentar una emergencia sin protección. No dejemos la para mañana.

Cuidar la salud también significa anticiparse y estar preparados. Y un seguro de gastos médicos es, sin duda, una de las decisiones más responsables que podemos tomar.

About The Author