El Changoleón de la Selva Legislativa

Había un Changoleón travieso,
gobernaba sin razones,
en la “Selva Legislativa”
todo hacía por sus calzones.

Un día un AnimAlito bravo
“se le puso al brinco” así,
Changoleón rugió cual león,
pero al final solo pudo huir.

Se golpeaba fuerte el pecho
como un gorila feroz,
pero el bicho con karate
lo empujó, sin más, veloz.

En la riña cayó al suelo
Lamesuelas, su sirviente,
Changoleón salió corriendo
con temblor muy evidente.

La gente que todo miraba
se puso a investigar,
halló su cueva en Tepoztlán
donde mil raterías iba a guardar.

Ahí escondía tesoros
que robaba muy confiado,
y salía a la crepería
de Lamesuelas, su criado.

Ahora Changoleón llora:
ya no puede gobernar,
en la Selva Legislativa
nunca más podrá reinar.

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