En la #políticamexicana parece haberse instalado una patología tan extendida como invisible, la amigdalitis cerebral crónica.
No tiene que ver con las amígdalas de la garganta, sino con la amígdala cerebral, ese pequeño núcleo del sistema límbico encargado de procesar emociones como el #miedo, la $culpa o el #remordimiento.
En #condicionesnormales, la amígdala actúa como un #frenomoral, cuando una persona miente, se activa generando incomodidad emocional. Esa sensación de malestar funciona como señal de alerta para corregir el comportamiento.
El problema es que la #mentirarepetida sobre todo cuando no recibe consecuencias va apagando esa alarma. La amígdala se desensibiliza: ya no reacciona, ya no duele. Lo que en neurociencia se conoce como 👁 #pendienteresbaladiza de la #deshonestidad se convierte en una rampa libre hacia el #cinismo.
En la clase política mexicana, esta #desensibilización alcanza niveles epidémicos al parecer:
-#MentirasEstructurales en campañas, discursos y rendición de cuentas.
-#NarrativasFalsas que se repiten hasta que parecen verdad, tanto para la población como para quien las dice. #Ausencia de #frenoemocional, lo que permite que las promesas incumplidas y las medias verdades sean moneda corriente.
La corteza prefrontal, que debería usar su energía para planificar soluciones, termina trabajando horas extras para sostener relatos ficticios y evitar contradicciones.
El resultado, un político más hábil para justificar lo injustificable que para resolver problemas reales.
¿Tiene cura la amigdalitis cerebral política?
En teoría sí, la responsabilidad real y la #rendicióndecuentas efectiva podrían reactivar la amígdala, devolviendo la sensibilidad a la culpa. En la práctica, el sistema político mexicano rara vez aplica estas dosis terapéuticas.
La #impunidad actúa como un #analgésico constante que prolonga la enfermedad.
Mientras no haya un #cambioestructural que vuelva #dolorosomentir y #rentable decir la #verdad, la amigdalitis cerebral seguirá siendo la condición natural de quienes buscan y mantienen el poder.
Diagnóstico final, enfermedad crónica, altamente contagiosa en ambientes #legislativos #ejecutivos y ahora #Judicial, con riesgo de volverse irreversible si no se modifica el #ecosistemapolítico.